La playa Maho, en la paradisíaca isla de Saint Marteen, a unos 240 kilómetros de Puerto Rico, permite ser testigo del aterrizaje más alucinante del mundo.
Así lo definió la web líder en reservas de jets privados Privatefly.com a los descensos que tienen lugar en el aeropuerto internacional Princess Juliana del rincón caribeño.
En esta última edición de su ránking anual le siguieron los aeródromos de Barra (Escocia), Los Angeles (Estados Unidos), Paro (Bután), Las Vegas o Phinda (Sudáfrica).
La pista de aterrizaje está a apenas cinco metros de la playa y los aviones, en su mayoría Boeings 747, sobrevuelan a 10 metros de las cabezas de los bañistas.
Fuente gacetamerfcantil.com
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