Pasado mañana, poco más de 300 días después de que el Senado le diera media sanción, el oficialismo intentará aprobar en Diputados sin modificaciones el proyecto del nuevo Código Civil, que además lo fusiona con el Comercial. La iniciativa, presentada por la presidenta Cristina Fernandez en marzo de 2012, arrastra una larga polémica, que seguramente continuará en el recinto esta semana. Uno de los ejes de la discusión es el artículo 19, que define el comienzo de la existencia y, según algunas voces, tal como está redactado convierte al nuevo Código en más obsoleto que el firmado por Dalmacio Vélez Sarsfield hace 145 años.
La intención del oficialismo de reflotar el proyecto se conoció tres días después de que Cristina almorzara con el papa Francisco en el Vaticano. El dato no es una coincidencia: la Iglesia Católica habíacuestionado con dureza varios artículos, como los que regulaban el alquiler de vientres (ver página 4). Y algunos se modificaron cuando el Senado logró la media sanción, en la madrugada del 28 de noviembre del año pasado, con 39 votos a favor (el kirchnerismo y algún aliado del peronismo opositor) y uno en contra (los radicales y el FAP abandonaron el recinto). A último momento, el oficialismo también había aceptado eliminar el principio de “función social” de la tierra, asunto que no figuraba en el anteproyecto original.
El punto que generó más discusiones –dentro del propio oficialismo y con la oposición– fue el artículo 19, que define cuándo comienza la vida. Parte de la oposición reclamaba, en sintonía con la Iglesia, que se considere a los embriones como personas. Otros, en cambio, apoyaban la redacción original del artículo: la existencia de una personacomienza con la concepción en el vientre materno o con la implantación en el caso de fertilización. Finalmente, se dejó sólo la palabra “concepción”, sin más precisiones, lo que mereció fuertes críticas de la Asociación por los Derechos Civiles (ADC) y la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), entre otras organizaciones.
Esta modificación y otras también generaron el enojo del presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, que encabezó –junto a Elena Highton de Nolasco y Aída Kemelmajer de Carlucci– la comisión de cerca de cien juristas que elaboró el anteproyecto original, presentadoun año antes de que Jorge Bergoglio se transformara en Francisco.
El nuevo Código Civil –que modifica el vigente desde 1869 y lo fusiona con el Código Comercial– tiene 2.671 artículos y entrará en vigencia el primer día de enero de 2016. Dividido en seis libros, modifica la regulación de la transmisión de derechos, las relaciones de familia, el estatuto de la adopción, obligaciones y contratos. La ausencia del acceso al agua potable como derecho fundamental fue otro de los puntos que generó fuertes controversias. También establece que una deuda, en caso de haber sido contraída en moneda extranjera, podrá cancelarse en pesos. Otros temas polémicos quedaron para ser tratados aparte, como la responsabilidad del Estado y los derechos de los pueblos originarios, que podrían ser modificados con otras leyes.
El apuro del oficialismo por tratarlo esta semana también generó discusiones. El grueso de la oposición asegura que el dictamen de la comisión bicameral creada para analizarlo cayó en diciembre de 2013, con el recambio parlamentario. Para el kirchnerismo, en cambio,es válido, y por eso decidió ir al recinto este miércoles sin pasar por comisión.
Para aprobarlo confía en la fuerza de su propia tropa y la suma dealgunos aliados. Esos apoyos podrían llegar desde un sector del peronismo disidente, al menos para asegurarse el inicio de la sesión. La mira estará puesta en los puntanos que responden a los hermanos Rodríguez Saá y los cordobeses de José de la Sota, que dieron quórum la semana pasada para el proyecto de Ley de Abastecimiento. Además, estos dos bloques (Compromiso Federal y Unión por Córdoba) no firmaron la semana pasada la nota presentada por el resto de la oposición en rechazo a que el Código llegará al recinto sin ser debatido antes en las comisiones de la Cámara Baja.
La polémica en torno al proyecto también se dio dentro del oficialismo –algunos legisladores kirchneristas rechazan las concesiones a la Iglesia–, lo que retrasó el debate. Incluso el jefe de la bancada del Frente para la Victoria en el Senado, Miguel Pichetto, admitió hace 10 meses que votó a favor del proyecto “por disciplina política”, y reclamó modificaciones.
“Espero que lo corrija Diputados”, dijo aquella madrugada del 28 de noviembre de 2013. Como la intención ahora es que el nuevo Código se apruebe sin modificaciones, para ordenar a la tropa el oficialismo propondrá los cambios que crea necesarios con proyectos aparte.
Fuente clarin.com
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