A poco más de un año del recambio presidencial, los empresarios hacen cuentas y se preparan para el poskirchnerismo. Pero para algunos, el cambio implica una tarea de reconversión importante. Cristóbal López, uno de los hombre de negocios más cercanos al matrimonio presidencial, cuyas empresas y millones se multiplicaron exponencialmente en la última década sin casi dejarse ver a la luz pública, emprendió en los últimos tiempos un cambio rotundo de estilo, que incluyó desde un giro en el perfil de su cartera de negocios hasta una creciente exposición pública junto a empresarios colegas y estrellas del espectáculo.
Cristóbal López quiere correrse del estigma K, que no lo llamen el “zar del juego” ni el “empresario kirchnerista”.
Quiere ser “un empresario más” para seguir con sus negocios. En su entorno, ironizan: “¿Después de 2015 cómo lo van a llamar? ¿Empresario cuánto?”. Para eso, busca desligarse del vínculo con los Kirchner que le permitió su expansión durante la última década, sobre todo con el juego, por el que factura más de cinco mil millones de pesos anuales. H ay quienes aseguran que su principal apuesta para la sucesión es Daniel Scioli, con quien se mostró este año en Comodoro Rivadavia.
Mientras, aspira a expandirse de la mano del fútbol: con las apuestas online y la transmisión de goles en dispositivos celulares. En la actividad petrolera, sigue interesado en los activos de Petrobras, negocio que no prosperó tras una serie de denuncias en su contra por presuntas coimas.
López evita hablar con la prensa. “No le gustan los periodistas, no les cree”, aseguran en su entorno. Sin embargo, entiende que para una reconversión de su imagen serán indispensables sus medios (C5N, Minuto Uno, Radio 10), un área en la que incursionó en los últimos tiempos. Eso, pese a que no serían empresas que le reporten ganancias; la semana pasada hubo 21 despidos en C5N.
“Quiere ser un empresario más y que no lo vinculen con la corrupción”, señalan personas de su confianza, que l e aconsejaron ir al coloquio de IDEA, en octubre en Mar del Plata, donde se reúnen los principales empresarios del país. López debutó allí hace dos años, en los que fue su primera aparición pública relevante cuando comenzaba a cambiar algunos hábitos.
Su nuevo romance con la modelo Ingrid Grudke fue bien recibido por quienes trabajan con él. “ Ahora le pegarán porque está con alguien de la farándula y no por sospechas con negocios y esas cosas ”, ironizó una persona de su confianza.
Aunque rechaza ser un “empresario K”, en la última década Lópezpasó de tener ocho empresas a constituir 51 nuevas sociedades (ver aparte).
“Va por todo; negocio que aparece, le interesa”, explican quienes lo conocen. Este año, Cristóbal movió algunas piezas en sus firmas. Volvió a asumir como presidente de Oil Construcciones, con la que buscará ingresar a la obra pública, y comenzó a ceder acciones a su hijo mayor, Cristóbal Nazareno, que empieza a pisar fuerte.
Fuente clarin.com
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