No, pero sí. Mientras intentan bajar la polémica del escándalo con el juez Norberto Oyarbide, quien admitió que frenó el allanamiento a una financiera tras el llamado de un importante funcionario de la Secretaría Legal y Técnica que conduce Carlos Zannini, el Gobierno empieza a mostrar algunas grietas por las repercusiones del caso. Esta mañana, en declaraciones radiales, el secretario de la Presidencia y uno de los hombres más cercanos a Cristina, Oscar Parilli, contó que habló con Zannini sobre el caso y esbozó un tibio apoyo. Algo parecido a lo que hizo el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, en la conferencia de prensa de arranque de la semana.
"He hablado con Zannini y es un tema al que no me quiero referir. Lo menos que uno puede hacer es creerle a lo que dicen los diarios y esperar a que actúe la Justicia y dar las explicaciones correspondientes en su momento", declaró Parrilli en radio Splendid. Además, el secretario desvinculó el robo de su computadora con el tema: "Eso pasó hace un año y medio, se hizo la denuncia, se encontró a la computadora, al responsable y se lo condenó".
Capitanich, en tanto, señaló, también esta mañana, que "hay que verificar si realmente ocurrió" el hecho tal como lo relató Oyarbide. La versión del juez y del empresario involucrado, Guillermo Greppi, es que policías que allanaban su financiera le pidieron coimas en nombre de Oyarbide, y por eso comenzó a llamar a jefes policialesy a funcionarios conocidos. Siempre según su relato, logró hablar con su "amigo" Carlos Liuzzi, subsecretario de Legal y Técnica, y tras un llamado de éste al juez, se decidió parar la pesquisa.
En su habitual conferencia de prensa en la Casa Rosada, el funcionario jefe de Gabinete agregó que "operaciones existen todo el tiempo y todos los días e insistió en que "es necesario evaluar claramente las circunstancias y si ocurrió o no el hecho".
Fuente clarin.com
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