La derrota del oficialismo en las primarias y el horizonte económico complejo abrieron un nuevo escenario de conflictos a cielo abierto en el kirchnerismo. En las últimas semanas salieron a la luz una decena de disputas internas entre funcionarios y dirigentes K que hasta hace poco eran aliados inseparables o al menos se cuidaban de mantener en reserva sus diferencias. Ya no.
Martín Insaurralde intentó despegar de la doctrina oficial en materia de seguridad e inflación y recibió duras reprimendas de sus propios compañeros de lista.
El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, deja al descubierto sus pases de facturas a su colega de gabinete y ex responsable del transporte ferroviario, Julio de Vido.
Al otrora topoderoso ministro de Planificación ahora parece que se le animan todos. Ayer, hasta Lázaro Báez le dedicó un editorial crítico en su diario santacruceño.
Axel Kicillof, no sólo discrepa con Mercedes Marcó del Pont sobre la necesidad de expandir o limitar el circulante. Su disputa se extendió al directorio del Central, donde cada uno intenta expandir su influencia.
Ricardo Echegaray no se privó de calificar como “fracaso” el blanqueo ideado por Guillermo Moreno. Aunque este último logró que la Presidenta lo extienda.
Y La Cámpora aprovecha para barrer con los últimos vestigios del poder que supo acumular Amado Boudou cuando su carrera parecía no tener techo.
Los dólares no aparecieron
Guillermo Moreno soñó con US$ 4 mil millones. El resultado no alcanzó el diez por ciento. Ricardo Echegaray, que se la tiene jurada hace tiempo al titular de Comercio Interior, aprovechó la oportunidad y reconoció en un reportaje que el blanqueo “no dio el resultado que esperábamos” y anticipó que le recomendaría a la Presidenta que no se concediera ninguna prórroga. Aníbal Fernández sumó una opinión similar. Sin embargo, Moreno demostró que aún conserva su influencia y logró que la Presidenta lo extendiese ayer por tres meses más.
Trenes: la década perdida
Cada vez que reconoce que la gente “todavía viaja muy mal” o que “los trenes son una deuda de este gobierno”, Florencio Randazzo alude a Julio De Vido, quien tuvo a su cargo durante nueve años de “la década ganada” la administración del transporte ferroviario. Desde que se hizo cargo de transporte, Randazzo fue desplazando a todos los funcionarios cercanos a De Vido. Pero el ministro de Planificación todavía mantiene su relación con el gremio de La Fraternidad. Y Randazzo ya hizo saber de su bronca porque supone que el gremio de los maquinistas boicotea su gestión.
Lázaro también se le anima
Empresario emblema del kirchnerismo, amigo y socio de Néstor Kirchner, Lázaro Báez posee un diario en Rio Gallegos, Prensa Libre, que suele hacer la exégesis permanente del gobierno nacional. Ayer sorprendió cuando en una nota editorial afirmó que "algo está fallando en el kirchnerismo". El diario del rey de la obra pública en Santa Cruz pasó otra factura a Julio De Vido por las obras prometidas "que no han llegado". Consideró que "el relato oficialista tiene un desfasaje con la realidad" al sorprenderse porque de pronto en Santa Cruz hay desocupación.
Un mundo de cinco asientos
Son dos de los favoritos de la Presidenta, pero sus ideas para sortear estos tiempos de inflación y fuga de divisas no suelen coincidir. Axel Kicillof insiste con expandir la emisión monetaria para seguir fomentando el consumo y Mercedes Marcó del Pont cree que llegó el momento de bajar la velocidad de la maquinita de imprimir billetes. Ahora, ambos extendieron su disputa a los cinco asientos vacantes en el directorio del Banco Central. Mientras se define esa disputa, Kicillof ya logró colocar a Pablo López como representante del Ministerio de Economía en la entidad monetaria.
Una estrella que se apaga
Alguna vez fue el líder mimado por La Cámpora, la organización creada y manejada en las sombras por Máximo Kirchner. Pero a medida que la estrella de Amado Boudou se fue apagando al compás de sus problemas con las Justicia, los jóvenes K fueron tomando distancia del vicepresidente. En las últimas semanas, La Cámpora colocó en el Correo Argentino a Vanesa Piesciorovski y en la Casa de Moneda a Esteban Kiper para recortarle el poder a Juan Claudio Tristán y Katya Daura, los directores formales que responden al vicepresidente.
El candidato que desentona
Tras el traspié de las primarias, Martín Insaurralde comenzó a tomar distancia del discurso oficial. En pocas semanas reconoció que la inflación real no es la del INDEC y se hizo cargo de la inseguridad saliendo a pedir una ley penal juvenil y la baja de la imputabilidad a los jóvenes de 14 años. Su idea tomó por sorpresa a sus propios compañeros en la boleta del Frente para la Victoria. De hecho, la número dos de la boleta y actual presidenta del bloque K en diputados, Juliana Di Tullio, salió a enmendarle la plana y afirmó que el FPV no proponía bajar la imputabilidad.
Fuente clarin,com
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