Si se los escuchara sin saber quiénes son, si se leyeran sus análisis sin conocer sus nombres, entonces podrían pasar por opositores criticando de modo brutal a la campaña proselitista del oficialismo que condujo la presidenta Cristina Kirchner. Pero son importantes dirigentes K los que ayerexplicitaron el fastidio contra sus propios aliados que cayeron derrotados en los comicios.
En medio de la ausencia política de la Presidenta, y a tan solo un día de las importantes derrotas en los comicios, se desataron las fracturas internas en el Frente para la Victoria . La dirigencia K volvió a atacar al gobernador Scioli, una costumbre que había sido suspendida durante a la campaña: buscan instalar la idea de que él es el responsable total de la derrota electoral del oficialismo en Buenos Aires.
A este nuevo escenario se suman las crecientes disputas, solo por ahora más discretas, entre gobernadores e intendentes del peronismo clásico y la dirigencia de la agrupación juvenil K, La Cámpora. Y muchas otras peleas que surgieron entre referentes kirchneristas en las provincias.
Esta crisis interna del oficialismo sucede mientras el flamante diputado Sergio Massa busca imponerse como un nuevo líder del PJ opositor .
“Fue una campaña muy vacía de contenido”, definió ayer el vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, al modo con el que se buscó el voto para los candidatos a diputados nacionales K en Buenos Aires. Fue una confrontación directa contra quien representó a esa lista en la provincia, Martín Insaurralde, su adversario hace muchos años en distrito en el que ambos militan, Lomas de Zamora.
Pero también fue una crítica por elevación contra su superior, Scioli, ideólogo del cambio en la imagen de Insaurralde que se impuso tras las primarias.
“No se pusieron en palabras ni los diez años de transformación ni hacia dónde vamos”, agregó Mariotto sobre esa campaña. También reprobó que Scioli haya convocado a profesionales del marketing para modificar el mensaje de Insaurralde: “Echarle mano al asesoramiento de un publicista degrada la profundidad de nuestro proyecto”.
La embestida oficialista contra el gobernador bonaerense también llegó desde Río Negro. El candidato K a senador que ganó las elecciones en ese distrito, Miguel Pichetto, le facturó a Scioli la derrota bonaerense: “ Las mismas políticas del cambio y la transformación, implantadas en otros lugares, que han hecho perder elecciones, aquí en Río Negro nos permitieron este triunfo”, hirió el legislador.
Y descalificó a Scioli porque suele difundir sus ideas y actos a través de los medios: “Hay que poner en revisión algunas formas de hacer política, que tienen que ver mucho más con estar en el territorio con la gente y no hacer política por televisión”. Este último concepto también fue utilizado ayer por Mariotto, así como si se hubiese coordinado con Pichetto.
El asedio K a Scioli es solo una de las muchas internas que impactan en el oficialismo.
Las broncas entre aliados ya no se ocultan en varias de las provincias en las que el kirchnerismo perdió los comicios.
En Chubut, por ejemplo, el ministro de Agricultura y candidato, Norberto Yahuar, cayó derrotado frente a Mario Das Neves: muy rápidamente hizo responsable de su performance al gobernador del distrito, el también oficialista Martín Buzzi. “Obviamente hay responsables y la lectura la tendrá que hacer el propio gobernador”, dijo Yahuar, que antes se había quejado por la mala gestión de Buzzi: “En una provincia con el volumen de conflicto de Chubut es muy difícil hacer política”.
Los celos y las intrigas dentro del Frente para la Victoria explotaron en lugares impensados. El intendente de El Calafate, Javier Belloni, por ejemplo, se le rebeló en las últimos días al hijo presidencial, Máximo Kirchner, jefe en los hechos de la política K en Santa Cruz.
Belloni quitó de golpe de las calles de su ciudad a la cartelería proselitista del candidato de La Cámpora en la provincia, Mauricio Gómez Bull, de La Cámpora. Aunque dio otra excusa pública, lo cierto es que dejó trascender que había tomado esa decisión a modo de queja, porque Máximo no lo estaba apoyando en su proyecto para ser gobernador, en 2015.
Fuente clarin.com
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