martes, 15 de octubre de 2013

Por indicación médica, Cristina no lee los diarios ni ve los noticieros

Cristina Kirchner no lee los diarios. Eso sólo, ya es noticia. Pero tampoco recibe el pesado resumen de prensa que prepara a diario la Secretaría de Comunicación Pública. No ve los noticieros de TV. No recibe a sus funcionarios. Ni siquiera habla con ellos por teléfono. Crease o no, pasó las primeras 36 horas en la Quinta de Olivos tras el alta posquirúrgico del domingo cumpliendo al pie de la letra con el “reposo estricto” que le recomendaron sus médicos.
La Presidenta recibió ayer por la mañana al cirujano que la operó del hematoma craneal, Cristian Fuster, junto a uno de los jefes de neurología de la Fundación Favaloro, Francisco Klein. Por la tarde, se acercó Facundo Manes, a cargo del Instituto de Neurociencias de la Favaloro y el primer contacto que tuvo allí la Presidenta. Así de constante y minucioso será el control de su evolución durante el próximo mes.
“Cuando le dieron el alta, los médicos fueron muy categóricos en su recomendación de e vitar las situaciones de estrés durante este mes”, contó a Clarín una fuente cercana a la Presidenta. Añadió que cuando ella pidió mayores precisiones sobre los alcances de esa recomendación, los médicos le pidieron que “evite involucrarse en los acontecimientos políticos”.
El pedido no es menor para cualquier jefe de Estado. Mucho menos en un sistema hiperconcentrado como el kirchnerista en que todas las decisiones de gobierno, desde las más trascendentes a simples minucias, pasan por la Presidenta. Pero, para sorpresa de sus propios colaboradores, Cristina parece estar cumpliendo con la recomendación médica, al menos en estas primeras horas.
La Presidenta duerme largas horas. Cuando está despierta, camina por el interior de su residencia, l ee revistas de decoración, come bien y bebe té de manzanilla.
Se turnan para acompañarla sus hijos Máximo y Florencia; su hermana, Giselle; su madre, Ofelia Wilhelm; su cuñada, Alicia Kirchner, y los encargados de la Unidad Médica Presidencial, Luis Buonomo y Marcelo Ballesteros.
Sólo enciende la televisión para ver películas.
Es probable que espere hasta el fin de semana, cuando lo quiten los puntos de la cirugía de su cabeza, para volver a sus caminatas por los jardines de la residencia presidencial.
Su entorno prohibió las visita a Olivos y hasta el contacto telefónicos con sus funcionarios.
Se enteró de casualidad del accidente del gobernador de San Juan, José Luis Gioja. Pero sabe poco más que lo que le comenta Máximo en cuentagotas. “Cristina necesitaba este descanso.
Por ahora se está portando como una paciente excelente.
Vamos a ver cuánto logramos que se mantenga así de aislada”, contó un hombre que conoce la intimidad presidencial y está sorprendido por la actitud de la mandataria.
El parte que acompañó su alta del domingo en la Favaloro le recomendó un “reposo estricto” de treinta días y le prohibió viajar en avión hasta que se lo autoricen sus médicos.
Así, Cristina se quedó fuera del último tramo de la campaña electoral para las legislativas del 27 de octubre y tampoco podrá viajar por un largo tiempo a El Calafate ni Río Gallegos, sus lugares preferidos de descanso.
Fuente clarin.com

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