viernes, 3 de octubre de 2014

Gelblung va contra el periodismo ultraK: “6,7,8 es propaganda”

El periodista Samuel ChicheGelblung pasó por el programa de TV Un mundo con periodistas,donde dialogó con Pablo Sirvén en torno a sus años en el periodismo gráfico y el contexto actual de los medios.
“No me gusta la farándula del periodismo”, lanzó Gelblung.“No trabajo para el reconocimiento, no le doy mucha bola a eso. Hay mucho boludismo”, refirió.
“Todo pasa en la televisión. La televisión es la vida”, resumió Chiche, aunque marcó excepciones. “6,7,8 no es periodismo, es propaganda”.
“No me imagino un mundo sin periodistas, creo que es una actitud natural, la gente necesita de alguna manera recrearse en el relato de lo que pasa. Es absolutamente impensable un mundo sin periodistas”.
“Antes había más plata, hoy el periodismo es pobre, la mayor lucha del periodismo hoy es la pobreza”, comparó el conductor de programas como Memoria y el ciclo 70.20.
“Pagué por una nota, por el interés, por la exclusividad. La exclusividad tiene precio”, se sinceró el periodista, que aseguró haber encontrado en la televisión “un medio para contar cosas que no se habían contado”.
“Hoy la noticia es un elemento muy complejo porque la noticia hoy dura un segundo, menos, es nada, es el momento en que ocurre. A partir de ese momento la réplica de esa noticia la convierte en una cosa ya de uso público. No existe más la primicia. La noticia es una llamarada”, analizó Gelblung. “Las fotos se producen, hay algunas cosas espontáneas pero en general la foto es una producción. El 95% de las fotos son armadas, no son espontáneas”, aseveró el exGente en el programa que se emite por Canal á.
“La llegada de las redes sociales al periodismo le quitó la primicia, le quitó seriedad, le aportó una fuente de información online permanente y actualizada, le aportó muchas cosas y le sacó muchas otras, hoy llegás tarde, siempre llegás tarde", reconoció. "Las redes sociales se te anticipan a todo, no es un medio informativo pero cumple esa función, por el otro lado es más democrático que el periodismo en ese sentido, todo el mundo puede expresarse y dar su opinión, creo que también es un costado muy complicado porque sale lo peor de la gente”, profundizó.
Asimismo, se refirió a sus cruces políticos en el pasado: “Massera fue un enemigo público número uno mío, directamente, en el final era por nuestra posición Malvinas, pero en parte era por una cuestión totalmente personal, yo era confidente de una de sus amantes y eso me convirtió en un tipo peligroso". "No fui confidente por voluntad, ella me eligió como confidente, era una historia que conocíamos tres personas, Marta Lynch, Massera y yo, no la sabía más nadie”, justificó.
Del banco al jefe. “Hay un estilo Gelblung”, reconoció el periodista, a la vez que se refirió a sus comienzos: “A la revista GENTE llegué haciendo banco, estuve seis meses yendo a la editorial a pedir laburo”.
“Yo era un jefe natural, nunca me lo creí lo del jefe pero nunca dejé de serlo, yo iba a comprar sándwiches con tal de que no se levantaran de la máquina, no era despótico, era exigente”, aclaró.

Fuente perfil.com

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