El episodio vivido por el fiscal federal Carlos Stornelli y su custodia, que el lunes por la tarde terminó con siete ciudadanos colombianos detenidos en la Costanera, a metros del Aeroparque, tiene muchos puntos oscuros. Pero también algunas certezas importantes, entre ellas que más de la mitad de los sospechosos apresados tenía antecedentes por robo y que su irrupción en las noticias fortaleció el discurso del secretario de Seguridad, Sergio Berni, quien, justo por estos días, había vuelto a reclamar la expulsión de extranjeros que delinquen.
En cuanto al episodio en sí mismo, hasta ayer no estaba para nada claro si se trató de un intento de robo. Tampoco si, de ser ese el caso, Stornelli era el objetivo o la banda apuntaba a otra persona. El abogado defensor de cuatro de los sospechosos incluso aseguró que hubo una confusión y que sus clientes son víctimas de la "estigmatización" por ser colombianos.
Sin embargo, lo que quedó expuesto tras lo ocurrido parece incontrastable: cuatro de los siete detenidos tienen un pasado de delito tanto en Argentina como, alguno de ellos, en Colombia (ver Los siete...). Todo surgió de un rápido cotejo de sus identidades y antecedentes. Y esto dio desde irregularidades de inmigración (dos de ellos ni siquiera figuran haber entrado al país, ni por agua, ni por aire ni por tierra) hasta causas por robo de las más variadas, algunas muy recientes. Además, uno estuvo preso siete meses y había salido libre hace poco.
Fuentes del caso sostuvieron a Clarín que uno de los detenidos estaría vinculado con el asalto que el periodista Alfredo Leuco sufrió el 7 de noviembre de 2013 en plena Avenida de Mayo, esquina Piedras, cuando motochorros le robaron su mochila y lo golpearon.
Las fuentes agregaron que otro sería parte de la banda que protagonizó un intento de robo en abril pasado en la bajada de la autopista Perito Moreno, en Villa Luro. En esa ocasión, pincharruedas colombianos atacaron el auto en el que iba un empresario que transportaba dinero, pero su custodia reaccionó y mató a uno de los ladrones.
"Mis defendidos volvían de comer, se estaban fumando un porro. Estaban detenidos en un semáforo, se les acercaron personas, les apuntaron con armas y los obligaron a bajarse. No hubo ninguna resistencia", le dijo a los medios en la puerta de Tribunales el abogado Ramiro Rúa, defensor de cuatro detenidos, entre ellos Jefferson Andrés Rojas Pedrán (27). El joven entró al país como turista en 2010, se quedó en la Argentina irregularmente, tuvo dos causas por robo simple y se lo señala en el caso Leuco.
Rúa dijo que hasta no tener más claro el panorama no presentará pedidos de excarcelación. Seguramente gran parte de su estrategia como defensor se basará en el hecho de que su clientes -que iban en uno de los tres autos involucrados- no llevaban armas de fuego.
"¿Punzones? No los vi ni ellos declararon tenerlos", contestó al abogado sobre un punto clave: tanto Stornelli como los investigadores sostienen que se secuestraron elementos cortantes, como los que usan las bandas de este tipo para pinchar las ruedas de los autos donde viajan sus "blancos".
Sobre la profesión de sus clientes, el abogado no fue muy claro.Primero aseguró que trabajan como "delivery", luego como "mozos en algunos restoranes" y, finalmente, en "la venta ambulante". Extraña ocupación para gente que se movía en un auto de alta de gama.
Entre los puntos a aclarar también está el de los autos involucrados. Ninguno había sido denunciado como robado y estaban a nombre de argentinos, dos de ellos con antecedentes penales menores. La dueña del VW Bora es una mujer que este año ya fue detenida tres veces, por atentado y resistencia a la autoridad, robo y falsificación. El Citroën C4 pertenece a un hombre que tiene una causa de drogas menor y un expediente en San Luis por defraudación y estafa.
En el tintero también quedan entre cuatro y ocho prófugos que estaban en el Nissan Tiida y las tres motos que lograron huir.
Fuente clarin.com
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