Según las últimas cifras publicadas por el INDEC, que en la Argentina el 28,9% de la población vive con menos de $ 40 por día. Esa es la suma de dinero con que cuenta para alimentarse y afrontar el resto de los gastos, desde la vestimenta, vivienda y hasta el esparcimiento.
Esta situación alcanza a 11,5 millones de personas que habitan en el 20% del total de los hogares.
Además, engloba a todas las personas con ingresos, ya sea que éstos provengan de un trabajo en relación de dependencia, rentas, jubilaciones o pensiones, honorarios profesionales, cuentapropismo, de ayudas estatales o subsidios, provinciales o municipales y de cualquier otro tipo.
Estos son datos oficiales de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del segundo trimestre de 2013. En base a este informe, la mayoría de los centros académicos y las consultoras privadas calculan que una cuarta parte de la población es pobre. Según estas mediciones, una persona es pobre si dispone de menos de $ 1.150 por mes o $ 38 por día para cubrir una canasta básica de pobreza.
Esta canasta, además de los alimentos básicos, incluye los gastos mínimos, como vestimenta, transporte, vivienda, luz, gas, medicamentos y textos escolares.
Sin embargo, a junio pasado, según el INDEC una persona adulta debía considerarse pobre en Capital Federal y Gran Buenos Aires solamente si disponía de menos de $ 543 mensuales o menos de $ 18 por día. Si esta misma “línea de pobreza” se considera por grupo familiar tipo -un matrimonio con dos hijos- el cálculo por persona se reduce a menos de $14 por día. Es porque la estadística supone que el consumo por grupo familiar genera un ahorro que no se logra de manera individual. Así, estos $ 14 se dividen en $ 6 por día para alimentarse y $ 8 para el resto de los gastos, siempre según el INDEC.
Las mismas estadísticas oficiales informan que sólo el 5% de las personas disponía de menos de $ 15,30 por día, es decir por debajo de la línea de pobreza oficial.
A estos datos se agregan otros también polémicos: por ejemplo, según el INDEC, en un año, el valor de la canasta de pobreza aumentó el 11,5%, pero los ingresos de los hogares más pobres subieron más del 30%.
Esto implicaría un fortalecimiento del poder de compra de los hogares más pobres. Y en consecuencia, se podría afirmar que en la próxima medición oficial de pobreza -que el INDEC publicará el 29 de octubre, pero que seguramente será anticipada por la Presidenta Cristina Kirchner- el organismo de estadísticas informará que la pobreza afecta a menos del 5% de la población, esto es por debajo de 2 millones de personas. En tanto, dirá que la indigencia rondará apenas el 1% de la población.
Así, para el discurso oficial la indigencia casi estaría erradicada y la pobreza habría sido reducida a valores bajísimos, nunca antes conocidos.
Pero si se toman las mediciones alternativas -como la que realiza la Universidad Católica Argentina- habría 11.000.000 de pobres. Eso significa que habría bajado respecto de los años de la crisis (1998-2002), pero se mantendría en los niveles promedio de los años 80 o comienzos de los 90. Es una diferencia en más o en menos de más 9 millones de pobres.
Los números del INDEC también dicen que el 20% más pobre de los hogares (donde vive el 28,9% de la población) recibe el 9,1% del ingreso total. En tanto en el 20% más rico, donde habita el 12,8% de la población, ingresa el 35,4%.
Los especialistas dicen que esta desigualdad sería aun mayor porque la gente más rica tiende a subdeclarar sus ingresos, mientras los más pobres -por pudor- declaran más ingresos que los reales.
A su vez, una canasta familiar digna –no de pobreza- según estudios académicos y sindicales no baja de los $ 8.000 al mes.
Fuente clarin.com
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