lunes, 30 de septiembre de 2013

Cristina asegura que “no hay ningún cepo” cambiario

Pese a las restricciones crecientes para la compra de dólares y las tasas que se aplican al turismo en el extranjero, la Presidenta negó anoche que exista un cepo cambiario.
Fue durante la segunda entrevista que concede tras la derrota del oficialismo en las primarias con el objetivo de mostrarse más afable y abierta al diálogo, que se emitió a las 19 por América y una hora más tarde por Canal 7. En esta oportunidad, el entrevistador fue Jorge Rial que, sin abandonar un tono amistoso ni ahondar en repreguntas, la llevó por temas algo más urticantes que los que le había propuesto Hernán Brienza en el primer reportaje.
Una vez más, la Presidenta denunció “intentos destituyentes”. Señaló dos momentos puntuales: la crisis con el campo de 2008 y la corrida bancaria de 2011, tras su reelección, en la que, según su visión, “hubo un intento por imponerle condiciones al gobierno”. Cuando la consultaron si cree que hay sectores económicos que quieren que no termine su mandato, respondió: “De Clarín y de (su CEO, Héctor) Magnetto, creo cualquier cosa”.
Fue entonces que Rial le preguntó si el cepo había sido la salida para aquella fuga masiva de dólares de 2011.
“En realidad no hay ningún cepo.
De ninguna manera”, respondió la Presidenta, que contó sobre la gran cantidad de turistas argentinos que vio en su recientes viajes a Nueva York y Rusia. “Hay unas 300 formas de comprar dólares en el mercado único de cambios”, insistió, y sólo aceptó que hay restricciones para la compra de la divisa estadounidense para atesoramiento que en algún momento estuvo habilitada hasta los dos millones por mes (de hecho, Néstor Kirchner aprovechó esa posibilidad, días antes de una devaluación del peso).
Como en la anterior entrevista, hubo ayer también largos pasajes para el anecdotario del matrimonio Kirchner, casi siempre en tono de exégesis del ex presidente.
Cristina recordó que en la madrugada del voto no positivo de Julio Cobos, Kirchner se sintió “derrumbado” por “haberse equivocado” en la elección de su compañero de fórmula y le dijo: “Siento que no voy a poder protegerte más”.
El momento más emotivo fue al recordar la última noche juntos en El Calafate. La Presidenta desmintió que el ex presidente hubiera tenido una discusión con Hugo Moyano, como se dijo. Contó, en cambio, que estuvieron haciendo zapping frente al televisor y que vieron en un programa a Luis D’Elía, que inclinaba sus preferencias como candidato para 2015 en Cristina más que en Néstor.
“¡Gordo traidor!”, reaccionó él. “Me dio tanta ternura que salté y le dice un beso en la boca”, contó. “Aunque midas 80 puntos, voy a ser yo”, insistió Kirchner. Fue el último beso, confesó Cristina, que buscó un trago de agua para contener la emoción. Fue uno de lo momentos en que la grabación, a cargo del equipo de prensa de la Presidencia,mostró un pequeño salto de edición.
Cristina recordó las peleas con su difunto marido como “memorables”. También, que durante mucho tiempo Kirchner “gritaba de noche o se levantaba sonámbulo” por el recuerdo “de lo que le había tocado vivir en los 70” y que en la interna peronista de 1989, él apoyó a Antonio Cafiero pero ella prefería a Carlos Menem. “Me encantaba”, dijo sobre el riojano, que en aquel momento aparecía como “un hombre del interior profundo, carismático, que hablaba del trabajo”.
La Presidenta se tomó en sorna al periodista Nelson Castro, que la diagnóstico con el “síndrome de Hubris” que afecta a los poderosos: “El que necesita psicólogo es él, no yo”, se desentendió. Dijo que el 11 de diciembre de 2015 se imagina “más tranquila, más descansada tal vez” y dejó pendiente para la segunda parte que se emitirá la semana próxima la respuesta a una pregunta: “¿Qué fue a hacer a las Seychelles?”.
Fuente clarin.com

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