jueves, 11 de julio de 2013

Moreno ante el juez: "Yo los voy a desasnar"

El secretario de Comercio Interior se presentó a declarar en indagatoria. Se mostró amable con los periodistas, y cuando terminó de declarar dio una charla sin aceptar preguntas. Dentro del juzgado contó anécdotas y prometió construir un baño
En general los funcionarios o ex funcionarios que se presentan a declarar en los Tribunales de Comodoro Py, lo hacen a hurtadillas. Algunos se van por un costado del edificio, otros piden declarar en horas tardías o se refugian bien temprano dentro del juzgado a esperar. No se bancan las fotos, las filmaciones y la presencia de los periodistas.
Guillermo Moreno, el secretario de Comercio kirchnerista es, hasta en este sentido,  una rara avis. Eso quedó claro cuando se presentó este miércoles por la mañana en los Tribunales. Llegó a las 12:25 y, mucho más calmo de lo que se lo vio en otras ocasiones, saludó a los periodistas que estábamos esperándolo en la puerta del juzgado de Claudio Bonadío.
Moreno tenía que declarar en indagatoria. No iba a dar su testimonio ni a realizar una denuncia. Iba a defenderse de una imputación por abuso de autoridad porque aplicó multas a las consultoras que hicieron público un índice de inflación mayor que los que mide el INDEC que el propio Moreno intervino.
El primer contacto con Moreno fue civilizado, casi en cámara lenta. Estrechó la mano de los que lo esperábamos y prometió hablar luego de su declaración.
Un largo rato después finalizó el acto formal de la indagatoria. Cuando terminó de declarar y al salir al pasillo elevó la voz y les sugirió a los empleados del juzgado “voten bien en octubre”.
Salió del juzgado y fue al baño. Tenía muchas ganas de hacer pis. En ese momento nos volvimos a cruzar y dijo “salgo del baño y hablamos”.
A raíz de la importancia del indagado, éramos muchos más periodistas en Tribunales que los que pasamos las mañanas y las tardes de todo el año en busca de información. Cuando Moreno salió del toilette se acercó y pidió que cada uno de nosotros se identificara. Y así comenzamos…fulano de tal de tal medio. Hasta que le llegó el turno al movilero de radio Continental, quien se presentó. “Ahhhh Continental, del programa de Magdalena”, dio por sentado Moreno con cierta ironía. No, era del informativo y trabajando para el programa de Fernando Bravo que estaba en el aire a esa hora. Cuando le tocó el turno al periodista de la agencia Noticias Argentinas Moreno lo acusó con una sonrisa: “Ahhh del Grupo Clarín”. Incorrecto, esa agencia pertenece a otra empresa periodística. Moreno le pidió a uno de sus custodios que anotara los nombres y los medios de cada periodista. Pero el policía no era muy rápido y cuando ya se había presentado el séptimo, recién había anotado al segundo.
Moreno quería saber qué medios estaban porque al día siguiente -advirtió- iba a leer dónde se habían publicado las denuncias contra las consultoras que repartió a cada uno. A Infobae le tocó la denuncia que Moreno hizo contra la consultora de Carlos Melconian presentada en un juzgado Penal Económico por el delito de agiotaje.
Luego de la identificación de los periodistas comenzó un relato en el que acusó al CEO de Clarín, Héctor Magnetto, y a banqueros -que nombró ante el juez pero no ante los periodistas- y consultoras de conspirar para subir la tasa de interés a través de los números de la inflación. Cuando terminó su explicación de unos cuatro minutos, un periodista de La Nación le pidió que respondiera alguna pregunta. Moreno se negó. “¿Puedo, no?”, dijo. “Si yo quiero no respondo, ¿puedo hacer eso, no?”, insistió. Ante el intercambio de ideas sobre la obligación de los funcionarios de responder preguntas, Moreno cerró la charla con una pregunta dirigida al periodista de La Nación: “¿Vos querés que te salude o que me vaya sin saludarte?” Saludó y se fue. Su discurso fue acompañado por una inacabable gestualidad, dedos en alto, aspavientos y un esfuerzo notable para destacar el apellido de Magnetto cada vez que lo pronunciaba.
Luego bajó, se fue en un auto, y antes dijo algunas otras palabras a los cronistas que esperaban fuera del edificio de Tribunales.
Pero dentro del juzgado Moreno cumplió con dos papeles. El de indagado que explicó su teoría de la conspiración urdida entre dueños de medios, banqueros y consultoras. Presentó las denuncias que había hecho en el fuero Penal Económico contra las consultoras. Habló para que algunas cosas quedaran asentadas en el expediente. Y dijo otras que no se volcaron a la declaración. Infobae pudo reconstruir parte de lo que relató Moreno en el juzgado.
El Moreno histriónico contó anécdotas y cada vez que comenzaba a explicar una situación vinculada con la economía les decía a sus contertulios: “Yo los voy a desasnar”. Así dio explicaciones que, según fuentes de Tribunales, eran similares a las de un estudiante avanzado de la carrera de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.
Ante el juez y el fiscal Ramiro González y otros empelados del juzgado, recordó la historia de cuando presentó una de las denuncias contra las consultoras en un juzgado Penal Económico. “El juez me contó que su papá había sido tomatero en el Mercado Central. Y que todas las mañanas en los barcitos del Mercado, los vendedores de tomate se ponían de acuerdo y cartelizaban el precio. Se sorprendió porque creía que la tasa de interés se conformaba de manera diferente a lo que hacían los tomateros en el Central”.
Vaticinó para sí mismo un futuro de cárcel. “Yo sé que voy a ir preso porque me la tienen jurada. Pero no voy a ir preso por esta causa”, dijo a sus interlocutores. Y sacó a relucir el heroísmo que tiñe la gestión kirchnerista de los últimos tiempos: “Ustedes saben cómo aprietan los poderes concentrados”, afirmó.
Tampoco dentro del juzgado paró de gesticular y de hablar en ese tono alto que utiliza habitualmente. En un momento necesitaba ir al baño. “Tengo que ir a hacer pis…somos gente grande”, dijo y consiguió sacarles una sonrisa a los que tomaban la declaración. Se sorprendió porque dentro del juzgado no hubiera un baño y que para hacer sus necesidades tanto un empleado como el juez, tienen que salir al pasillo para llegar a los sanitarios. Prometió que –cualquiera fuere el resultado de la causa- les iba a hacer construir un baño dentro del juzgado.
En el mismo juzgado que declaró Moreno en indagatoria, hace unos años se presentó como testigo en una causa el sindicalista Luis Barrionuevo. Los empleados del juzgado debatieron, luego del paso de Moreno por tribunales, para intentar saber cuál de las dos declaraciones fue la más desopilante. No pudieron determinarlo: la votación dio un empate entre Moreno y Barrionuevo en cuanto a intensidad, picardía y anécdotas a la hora de declarar.
FUENTE INFOBAE.COM

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