La VI Cumbre del grupo BRICS, que integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y se celebra esta semana en Fortaleza, al norte de Brasil, servirá para varios fines, pero entre ellos para romper el cerco que comenzó a preocupar a la diplomacia rusa a raíz de la crisis desatada con Ucrania.
El tablero internacional comenzó a temblar cuando Moscú y Kiev profundizaron el conflicto que mantienen desde que la primera se anexó la península de Crimea, a comienzos de año. Los enfrentamientos en el este ucraniano con los rebeldes prorrusos, en los últimos meses, desataron una serie de acciones y reacciones que pusieron a Europa en el centro de la crisis, con la amenaza de cortes al gas que las empresas rusas proveen a Ucrania y a casi el 40 por ciento de hogares europeos.
En Argentina, ya que casi todo se lee en clave local, el gobierno deslizó que los BRICS habían invitado a la presidente Cristina Kirchner a su cumbre brasileña, lo que debía leerse como la antesala a su incorporación a este foro de moda; del otro, medios opositores pusieron en duda que eso fuera ocurrir, basados en las declaraciones de los presidentes Dilma Rousseff y Vladimir Putin, quienes explicaron lo obvio, que en esta cumbre no se analizarían posibles incorporaciones ya que ni siquiera tienen a punto los aspectos institucionales del foro.
Después de su reunión en La Habana con Fidel Castro y su hermano Raúl, Putin tomó la palabra: "Rusia valora el deseo del gobierno argentino de unirse a los BRICS” y admitió que es “muy posible establecer relaciones de alianza estratégica entre los BRICS y Argentina - lo mismo que con otros países en desarrollo - en política internacional, economía y finanzas", pero no más, por ahora. Paralelamente, en los últimos meses, tanto China como India abogaron porque Argentina se uniera a este bloque de países emergentes.
"Primero se deben optimizar todos los numerosos formatos de la cooperación establecidos en el grupo", explicó Putin. "No hay criterios rigurosos para que un Estado se una a los BRICS. La decisión se toma individualmente", detalló el líder ruso, quien no descartó sin embargo que el bloque se amplíe más adelante debido a las “buenas perspectivas" de la alianza. "Es probable que en el futuro se plantee la cuestión acerca de una ampliación gradual de los BRICS", matizó.
Mientras sufre las sanciones económicas de Estados Unidos y la Unión Europea por su política hacia Ucrania, Moscú desplegó una serie de acciones destinadas a mostrar que el multilateralismo que pregona es cierto, y que hacia allí van las relaciones internacionales. En primer lugar, cerró una serie de acuerdos estratégicos con su vecino, China, los que incluyen algunos proyectos energéticos que llevaban décadas demorados. Esta nueva “entente” entre Beijing y Moscú es la primera respuesta efectiva a las sanciones de Occidente. Si Rusia no puede tolerar que Ucrania se pase a la UE sin facturárselo, tampoco Estados Unidos y Europa pueden aceptar sin chistar la anexión de Crimea.
Ahora que estos dos son hechos consumados, de un lado y otro comienzan a ver que surge un mundo mucho más complejo en el que los BRICS, que representan casi el 50 por ciento de la población mundial pero apenas el 20 por ciento del PIB, aspiran a instalar su propia agenda. La creación de un banco de desarrollo de los BRICS, una entidad con moderada capacidad de intervención ya que tendrá un capital de apenas 10.000 millones de dólares y fondeo por otros 200.000 millones, es no obstante el primer anuncio importante de esta cumbre. Fuentes de la diplomacia brasileña comentaron a “Gaceta Mercantil” que “esto es sólo el comienzo y, aunque parezca simbólico, tiene un fuerte contenido polìtico porque advierte que hemos debido crear nuestra propia herramienta financiera (porque) las existentes, las creadas por Bretton Woods (como el Banco Mundial y el Bando Interamericano de Desarrollo) ya están obsoletas”.
Sucede que las potencias centrales se han negado sistemáticamente a abrirle el juego a los países emergentes, tanto en la ONU como en los organismos financieros internacionales. Tienen aún el poder para hacerlo pero la situación, lentamente, comienza a cambiar y el eje del poder global tiende a desplazarse hacia Oriente.
De hecho, la cumbre de Fortaleza se celebra con otra simultánea de presidentes de la UNASUR, lo que sin duda anticipa futuras articulaciones comunes, más allá de si los BRICS incorporan o no a otros países emergentes.
Fortaleza. Críticos a la hegemonía de Estados Unidos y Europa, los líderes del BRICS anunciaron el martes la creación de una nueva arquitectura financiera que contempla un banco de desarrollo con sede en Shanghai y un millonario fondo de reservas.
El banco de desarrollo, destinado a financiar grandes obras de infraestructura, tendrá un capital inicial por 50.000 millones de dólares, que será seguido por 100.000 millones de capital autorizado, repartido equitativamente entre Brasil, China, India, Rusia y Sudáfrica, según la declaración oficial emitida en la cumbre.
La sede del por ahora denominado "Nuevo Banco de Desarrollo" será en Shanghai, su primer presidente será indio y el primer titular del consejo de administración, brasileño, precisa la información oficial.
Los mandatarios del grupo firmaron también un acuerdo contingente de reservas por 100.000 millones de dólares, que –dijeron- servirá para "evitar presiones de liquidez a corto plazo, promover una mayor cooperación entre los BRICS, fortalecer la red de protección financiera mundial y complementar los acuerdos internacionales existentes". En rigor, esta parte del acuerdo supone una ratificación de los pactos ya firmados bilateralmente por la mayoría de los integrantes del foro.
La creación del fondo muestra "la madurez" en la relación entre los miembros del grupo, dijo la presidenta brasileña brasileña Dilma Rousseff, en una declaración a la prensa al finalizar la cumbre.
Las nuevas instituciones, consideradas como un contrapeso al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional (FMI) donde los miembros del BRICS no se sienten justamente representados, "serán un medio muy poderoso para prevenir nuevas dificultades económicas", dijo por su lado el presidente ruso, Vladimir Putin.
El primer ministro indio, Narendra Modi, sostuvo que el banco ayudará también a muchos países en desarrollo.
"Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica no pueden quedar ajenos a los grandes temas internacionales", dijo Rousseff.
"El FMI precisa revisar urgentemente su distribución de poder de voto para reflejar el peso incuestionable de los países emergentes", afirmó.
"Precisamos trabajar en la mejora de la gobernanza económica a nivel global. Aumentar la representatividad y la voz de los países en desarrollo", apuntó por su lado el presidente chino Xi Jinping.
Rousseff indicó que a pesar de una disminución en el ritmo de su crecimiento, los países emergentes del BRICS, que representan el 20% del PIB mundial y el 40% de su población, "continúan siendo una fuerza motriz".
Un banco a medida. El banco, destinado a financiar infraestructuras, deberá contar con un capital a partes iguales de 50.000 millones de dólares, de los cuales 10.000 millones serán en efectivo, explicaron fuentes del ministerio de Hacienda de Brasil.
Para el ministro de Comercio e Industria brasileño, Mauro Borges, "el nuevo banco de desarrollo es clave para impulsar el crecimiento en los países del BRICS", que ya no exhiben las astronómicas subidas del PIB de una década atrás. Y debe consagrarse a levantar la infraestructura que los cinco países necesitan para desarrollarse.
El acuerdo de reservas, inspirado en el fondo europeo de garantías, dispondrá de 100.000 millones de dólares provenientes de las respectivas reservas internacionales de cada país en caso de problemas en la balanza de pagos de uno de los miembros. China comprometió 41.000 millones de dólares; India, Rusia y Brasil ,18.000 millones cada uno; y Sudáfrica los restantes 5.000 millones.
En una entrevista a la agencia rusa Itar-Tass previa a la cumbre, el presidente ruso fustigó la "lentitud irracional" de la reforma de cuotas en el FMI.
BRICS toma posición sobre Ucrania. Como se dijo, Putin llegó a la cumbre en Fortaleza aislado en la escena internacional por la crisis de Ucrania, a raíz de la cual fue excluido del G8 y recibió duras sanciones económicas.
Ucrania, Estados Unidos y Europa acusan a Moscú de armar y financiar a los separatistas prorrusos del este ucraniano, que mantienen sangrientos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad de ese país, ex integrante de la Unión Soviética y a punto ahora de adherir a la Unión Europea.
Para el flamante primer ministro indio se trata de la primera gran gira internacional. El líder nacionalista tuvo el lunes en el tórrido norte brasileño su primera reunión bilateral con el presidente chino Xi Jinping. Ambas delegaciones enfatizaron la necesidad de resolver sus diferendos fronterizos de décadas y la importancia de fortalecer los lazos económicos y diplomáticos, según un comunicado de Nueva Delhi.
El presidente chino aprovechó su gira latinoamericana para confirmar su interés en la región, en la que compite con Estados Unidos por la primacía comercial, y este jueves lanzará en Brasilia un Foro China-América Latina con líderes de países latinoamericano.
En particular Rusia y China –y en menor medida India- hace tiempo que trabajan por el multilateralismo en la región, buscando aprovechar el rechazo que provoca la tradicional política exterior de Washington. Lo han hecho con nuevos acuerdos, incluso de defensa, con Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador, integrantes todos del eje del mal” latinoamericano, según la visión de EEUU. Pero también con Brasil y Argentina, ambos poseedores de importantes yacimientos gasíferos y petrolíferos, y de importantes producciones alimentarias.
Putin aseguró en Buenos Aires que la relación con Argentina es “estratégica” para Rusia. Lo mismo se apresta a asegurar el líder chino, Xi Junping, que desde el próximo sábado visitará la Argentina. Prácticamente lo mismo dijo el jefe del Kremlin en Brasilia. Energía y alimentos, aunque claves en el futuro, siguen siendo baratos en comparación con los productos tecnológicos de los países centrales. Estas asimetrías son las que buscan atacar los BRICS, que van por el protagonismo en la próxima década.
Fuente gacetamercantil.com
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