Después de más de treinta días de negociaciones, un paro nacional y hasta un campamento a las puertas de Techint, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y las cámaras siderúrgicas acordaron implementar un aumento salarial escalonado de 29,93 por ciento. La cifra es similar a los porcentajes acordados por los conducidos por Antonio Caló en otras ramas de la industria.
Aunque no fue incluido por escrito, gremialistas aseguran que los empresarios se comprometieron también a trasladar el aumento a las cifras no remunerativas. Las empresas lo niegan, según publica El Cronista Comercial. Ese había sido en principio el motivo del conflicto: el rechazo de las compañías a trasladar los incrementos a los pluses que sus empleados cobran por distintos motivos.
EL GREMIO Y LAS EMPRESAS ESTABLECIERON UN PLAZO DE DOS MESES PARA DEFINIR CÓMO APLICAR EL AUMENTO A LAS CIFRAS NO REMUNERATIVAS
El mes pasado, ante la negativa a aplicar incrementos en las cifras no remunerativas, la UOM realizó un paro en todas las siderúrgicas del país. Como aún no obtenían respuesta, los seguidores del titular de la CGT oficialista instalaron una carpa frente a las puertas del holding Techint. Ahora, tras poco más de un mes de negociaciones y conflictos, las plantas de Ternium-Siderar, Ternaris-Siderca, Acindar, Aceros Zapla, Sipar-Gerdau y AcerBrag el conflicto parece encaminado hacia un fin: el acta rubricada establece un plazo de dos meses para que las partes negocien la cuestión.
Aunque se manifestaron bien predispuestos para el diálogo, los metalúrgicos amenazan con retomar las medidas de fuerza si las conversaciones no llegan a buen término.
La negociación consiguió ser destraba este miércoles luego de que por primera vez el propio Calóse acercó en persona a la reunión que mantuvo la UOM con la Cámara del Acero y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada.
Fuente infobae.com
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