domingo, 16 de junio de 2013

EMOCIONANTE HISTORIA DE AMOR EN EL DIA DEL PADRE, FELICITACIONES A LA FAMILIA CONFORMADA POR SERGIO, JULIO Y OCTAVIO


Son muchas las historias de vínculos entre padres e hijos que merecen ser contadas. En esta fecha tan especial, Edición Nacional dialogó con Julio Pasquarelli y Sergio Contrera, una pareja que junto a su hijo Octavio forman una familia llena de amor. 

Por Clarisa D'Angelo
clarisadangelo@edicionnacional.com


"El amor de un padre a un hijo no se puede comparar" dice el tema "Vos sabes" de la banda Los Fabulosos Cadillacs y hoy, Día del Padre, esa frase toma mucha más fuerza.
No hay un sola forma de ser padre. Están los que se convirtieron en papás fruto del amor con su pareja, los que están solos al cuidado de sus hijos por diversas circunstancias de la vida, los que son padres de corazón y aquellos que lucharon, codo a codo, para llegar a adoptar un niño.
De la forma que sea, el rol de padre es uno de los más importantes en la crianza de una persona. Sus acciones definen y construyen a un niño y por eso hoy, en su día, Edición Nacional relata la historia de Julio, Sergio y Octavio, una familia que es dueña de una historia que refleja que el deseo es realmente el verdadero motor para conseguir lo que siempre se sueña.
-¿Cómo llega Octavio a sus vidas?
-Julio: primero adopté yo. A partir del año 2004/5 empiezo el proceso de búsqueda para adoptar. En el año 2006 nace Octavio y ese mismo año yo tengo contacto con él y a partir de ahí empiezo con todos los trámites legales que implica una adopción.
En ese momento era una adopción monoparental porque yo estaba solo.
En 2010, cuando Octavio ya tenía 4 años nos reencontramos con Sergio. Yo estaba en el proceso de la segunda guarda.
Siempre cuento que Octavio adoptó a Sergio. Él venía a casa como un amigo y el nene empezó a percibir que había algo más y además empieza a querer que sea más que un amigo. Fue así como Sergio empezó a ocupar otro lugar en nuestras vidas y se instaló en casa después de dos años.
Fue un proceso de construcción de la parentalidad.
-¿Cómo fue el proceso de adopción? ¿La situación cuando comenzaste es la misma que ahora?
Julio: El proceso fue muy duro porque la ley argentina es muy difícil para las parejas heterosexuales que quieren adoptar y aún más para una persona sola.
En ese momento me presenté en el Consejo del Menor diciendo "Señores quiero adoptar, quiero ser papá". Me parecen perfectas otras alternativas de búsqueda de hijos pero yo quería adoptar. Tenía muchas ganas de cumplir mi rol de padre con un bebé. 
Yo venía trabajando como psicólogo en hospitales con niños y tenía un enganche muy particular con ellos y a raíz de eso empiezo a tener la necesidad de ser papá.
Eso me hizo soportar toda la cantidad de pruebas y situaciones bastantes difíciles que implica el proceso.
En el caso de Octavio tardó 4 años un proceso que usualmente tarda un año y medio. Creo que al ser una adopción monoparental se prestaba a duda o confusión. Pienso que está muy bien que analicen a quién le van a dar un chico pero en algunos casos se ven fantasmas o prejuicios que atrasan las cosas. 
En ese sentido, cuando llega Sergio a mi vida, Octavio ya tenía la adopción plena pero faltaba el trámite de DNI y certificaciones correspondientes y recién el año pasado lo pudimos terminar.
Creo que gracias a Sergio pude seguir esos pasos finales de la adopción que fue muy dura y a la vez muy linda. La etapa de los pañales, de los cochecitos, de los juegos y los miedos nocturnos fue una gran experiencia.
La sociedad en aquel momento no era esta sociedad. El 2006 no está tan lejos pero hay una bisagra muy fuerte a partir de algunas leyes, a partir de una mirada legal que incorpora y visibiliza a otro modo de relación de las personas, que en ese momento si bien no eran prácticas ilegales no estaban legalizadas y eso en algún punto habla de una no legitimación social.
-¿Cómo fue llegar y encontrarte con Julio en función de padre de Octavio?
Sergio: Cuando me reencuentro con Julio me comentó el momento que estaba viviendo y de la llegada de Octavio a su vida. Me interesó mucho, quise ver y saber cómo era esto de ser papá.
Cuando lo conozco a Octavio fue mutuo. Tuvimos mucha conexión entre los dos.
Entonces venía  y aparte de estar con Julio quería verlo a Octi y él también. Así fue pasando el tiempo y se fue convirtiendo en una necesidad estar con ellos.
-¿Te habías imaginado en el rol de padre?
-Sergio: Lo había pensando pero dije 'bueno, en algún momento' pero apareció. Son esas cosas que tiene la vida.
Era algo muy fuerte pero estaba dispuesto a afrontarlo. Después de hablar mucho con Julio, y con Octavio también, quise asumir el compromiso que implica ser papá.
-En su momento cuando llegó Sergio ¿Octavio les preguntó cuál era su vínculo?
-Julio: En realidad hubo cosas que no nos preguntó porque ya estaban dichas con actos pero nosotros considerábamos importante ponerles palabras. Le explicamos que éramos novios, que nos queríamos mucho y que lo queríamos mucho a él también y que estar juntos nosotros no iba a implicar que nos alejemos de él, todo lo contrario.
En nuestro casamiento, el 14 de diciembre del año pasado, Octavio, nos entregó los anillos. La jueza que nos casó nos dijo "los declaro a los tres en matrimonio", entiendo por matrimonio el concepto de familia unida.
-Sergio: Todo el mundo nos comentaba lo emotiva que fue la ceremonia. La jueza que nos casó también se conmovió. Estaba llena la sala del registro civil.
-¿Cuál es la reacción de la gente cuando los ve a los tres juntos?
-Julio: Nosotros tratamos de manejarnos en la vida naturalmente. Sí nos dimos cuenta de que lo que llama la atención no es que dos hombres vayan con un hijo sino el afecto, porque lo mimamos todo el tiempo. Y ese trato no lo vemos en otras familias, es como que hay una distancia entre los hijos y los padres.
Cuando ven a dos hombres con un niño no saben cómo decirnos. Nos pasaba en la juguetería: "Tu papá y tu tío. Tu papá y el amigo de tu papá" a la gente le cuesta manejarse frente a eso. 
La familia homoparental no viene a destruir los otros tipos de familia.
-¿Cómo ven el proceso de adopción? ¿Hay avances? 
-Julio: La adopción en la Argentina sigue siendo muy difícil para todo tipo de personas y parejas. Como país nos debemos una Ley de Adopción digna.
Hay tantos chicos que crecen en institutos y tantas personas que están a la espera de ser papás. Necesitamos una ley más justa.
Es muy difícil adoptar en Argentina y mucho más hacerlo de un modo legal. Nosotros optamos por la legalidad y por todos los pasos que ordena el Consejo de los Niños.
Es muy burocrático y eso hace que podamos entender a otras personas que buscan otras alternativas para tener un hijo. No estamos del lado de la ilegalidad pero entendemos que esto aparece cuando la legalidad se torna de una barrera infranqueable.
La Argentina debe tener una ley que plantee de un modo claro la subrogación de vientre, el tema de la adopción para todas las personas, sea cual sea su sexualidad. 

Octavio, el integrante más esperado 
"Octavio es un nene muy especial. Es dulce y demostrativo. Nos demanda mucho tiempo pero estamos felices porque nos costó mucho pasar todo el proceso de adopción.
Mi contacto con Octavio fue después de cuatro años de búsqueda, de cuatro años de estudios psiquiátricos y sociales todos favorables y luego de cuatro años más, una vez llegado Octavio a mi vida, con un bebé que crecía al lado mío, con el miedo de poder perderlo", confiesa Julio.

FUENTE EDICIONES NACIONAL

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