La tensa relación que existe entre el gobernador José Manuel de la Sota y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner se muestra en toda su dimensión y no con frases que hay que decodificar, como ocurre, por ejemplo, con el bonaerense Daniel Scioli.
Tras conocerse el spot del mandatario provincial que trata en duros términos al gobierno nacional por asfixiar financieramente a Córdoba, la Nación avanzó en dos frentes: conquistar al intendente de la capital, Ramón Mestre y armar una central sindical propia que enfrente el fuerte aval gremial del Gobernador.
Para jugar su juego, kirchnerismo apela a utilizar elementos ajenos y, de algún modo, “alquilarlos”.
Así sucedió, tal como lo señaló el diario "La Mañana", con el intendente capitalino, quien se mostró con la Presidenta y recibió planes ProCreAr y otros beneficios.
Pero el salto más largo lo dio un sindicalista que respondía a Hugo Moyano y se cambió de bando. Se trata de Mauricio Saillén, quien fue recibido por el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada.
Le dieron una misión: reflotar en Córdoba las 62 Organizaciones Peronistas. Para ello, le dieron todo el respaldo para que arme una obra social intersindical en su provincia.
Según lo recuerda hoy (lunes 17) el diario "La Voz" de esa provincia, "al lanzar la central obrera opositora en 2011 –que surgió en rechazo a la delasotista CGT Regional Córdoba–, Saillén se pronunció desde el auditorio de Luz y Fuerza por la reelección de Cristina Fernández y expresó su apoyo a Moyano, cuando el camionero aún era un aliado kirchnerista”.
Bueno, finalmente optó por la primera para abandonar al segundo y, así, enfrentar a De la Sota.
FUENTE GACETA MERCANTIL
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